Saturday, December 02, 2006

SENTENCIA: MUERTE POR INANICIÓN


May 05 . ¿Desde cuándo el ser humano tiene la decisión de morir o matar a voluntad? Lo primero es llamado suicidio. Lo segundo es homicidio. Suicidio es simplemente “quitarse la vida”. Homicidio es “quitarle la vida a alguien más”. Sin embargo, esta definición se ha vuelto un tanto más complicada que eso en estos días. Al nacer, el ser humano requiere de realizar ciertas funciones esenciales para subsistir: respirar, dormir, comer. La privación total de cualquiera de estas funciones es mortal.

Respirar
El ser humano aprende a respirar en el momento que nace y este proceso continua hasta el día de su muerte. Si un ser humano tiene problemas para respirar puede ser conectado a un tubo y ser obligado a “respirar” artificialmente.
Conclusión: El ser humano debe tener la capacidad de respirar por sí mismo sin ayuda. Si se retira el tubo, es función del cuerpo sostenerse con vida. No hay suicidio. No hay homicidio. En todo caso, será una muerte natural o un milagro renaciendo.

Dormir
El ser humano, generalmente, requiere de 6 a 8 horas de descanso; por ello, dormir es una actividad normal del cuerpo. En casos de insomnio, el sueño puede ser inducido artificialmente con pastillas u otros medios. Es sabido que no dormir en un período de tres días puede producir trastornos mentales.
Conclusión: El cuerpo debe descansar y producir el estado de sueño por sí mismo, sin ayuda. De no ser así, la muerte es inminente. No hay suicidio. No hay homicidio. Será una muerte natural o un ser humano descansando como debe.

Comer
Comer es una función más elaborada. El ser humano necesita alimentarse para poder realizar sus funciones normalmente; sin embargo, el hombre NO puede auto-generar su propia comida. El alimento debe ser proveído SIEMPRE. Ya sea, que esa persona se alimente o sea alimentada. Al nacer un bebé, la madre provee el alimento, ya que este no puede ir a buscarlo por sí mismo. Al volvernos viejos y lerdos en nuestros movimientos, algunos necesitamos ayuda para hacer llegar los alimentos a nuestro organismo. Si el ser humano está imposibilitado para procurarse el alimento, este puede ser administrado mediante una sonda, un tubo o con la ayuda de alguien más.
Conclusión: El cuerpo debe comer y requiere apoyo para tal. De no recibir alimento, la muerte llegará lenta pero segura. Dejarse morir de inanición es suicidio. Quitar deliberadamente el suministro de comida a alguien que está incapacitado para auto-procurarse su alimento es homicidio. ¿Muerte natural? Rotundamente, no.

El caso Schiavo
Terri. En estado vegetativo. Por poco más de 7 años. Cerebro severamente dañado. No sentía, no entendía. Sin posibilidad alguna de recuperación. Eso decían.
Objetivamente. Terri respiraba… dormía… pero estaba incapacitada para procurarse su propia comida, por ello vivía conectada a un tubo que se la suministraba… hasta que la ley, ciega como siempre, hizo su aparición.

Supuestos
El esposo era el guardián legal de Terri. A él, y sólo a él, le correspondía –y le corresponde- la decisión sobre su esposa. A pesar de lo que un matrimonio significa, es válido que él se canse de “ver sufrir a su esposa” o de “vivir la vida que hay que vivir junto a una mujer que los médicos aseguran no se recuperará nunca”. Es válido también hacer suposiciones en nombre de la consorte: “Ella no hubiera querido vivir así…” Hmmmm… ¿usted cree? Tal vez tenga razón y lo que ella realmente quería es que la dejaran morir… Pero permitirlo, ¿no nos convertiría entonces en cómplices de un suicidio? ¡¡Dios!! ¡Qué complicado está todo esto!

La opinion pública
Los padres y el marido de Terri Schiavo debatieron hasta el final por determinar si ese tubo debía continuar colocado o no. Ciertas partes involucradas se olvidaron de los principios básicos de vida mientras que, las otras partes implicadas, fracasaron en defenderlos.
El doctor, cual Poncio Pilatos, se lavó las manos olvidando el juramento de Hipócrates. Aún cuando su función de salva-vidas estaba bien establecida, declaró muerta a una persona con vida. Y se apegó a la ley. Pero ¿y la conciencia moral? Esa está dentro de cada quién.
Los defensores de mantener el tubo conectado argumentaban que “la vida es vida. Lo correcto es mantener al ser humano vivo. Después de todo, los milagros pueden presentarse de vez en cuando”. Los defensores de desconectar el tubo argumentaban, “¿Es vida? ¿Para quién? Lo humano es quitarle el tubo y dejarla morir en paz”.

Cada cual, con un argumento válido. El tubo de suministro alimenticio se convirtió sin duda en el cascabel del gato… ¿Se lo quitamos o se lo dejamos?
¿Bush? ¿A quién le importa lo que él opinaba? ¡El Reverendo Jackson mostró más agallas –y que conste que no es santo de mi devoción!

Conclusión
¿Otra vez? Terri. En estado vegetativo. Por poco más de 7 años. Cerebro severamente dañado. No sentía, no entendía. Sin posibilidad alguna de recuperación. Sí, sí, sí…ya lo leí. Tal vez. Pero… tal vez no. El cerebro humano es taaaan complicado que realmente no podemos predecir con certeza sus reacciones ni hasta donde se extienden sus funciones y la realidad es que, también desconocemos los alcances del espíritu.

Una vida es una vida. Y sin pretender ser una afirmación de que existieran intenciones obscuras por parte de alguna de las partes implicadas, considero que hubiera sido una opción haberle otorgado la custodia legal a los padres –quienes parecían interesados en hacerse responsables de la carga. Así, de haberlo querido, Michael Schiavo podría haber re-hecho su vida sin miramientos al pasado, con sólo solicitar el divorcio. Aclaro. No es una afirmación de nada, es simple y válidamente una salida que yo consideraba viable.

Terri ha muerto de inanición. 13 días después de ser desconectada del suministro alimenticio.

¿Fue muerte natural? No
¿Fue suicidio? Mmmm. No
¿Fue homicidio? (Decida usted su propia sentencia) La mía está clara. Mi moral dicta sentencia: Asesinato en primer grado. Y ningún reporte del forense apelará a mi veredicto. Una autopsia determina la causal de muerte pero no limpia conciencias.

Descanse en paz.
Por cierto, acabo de leer que el Papa Juan Pablo II está siendo alimentado mediante un tubo desde ayer… ¡Ay, Santo Padre! Menos mal que vives en el Vaticano… Si no, ¡ya estarían pensando en desconectarte!