Wednesday, August 02, 2006

PARA EMPEZAR EL AÑO CON EL PIE DERECHO… DICEN

A unos cuantos días de terminar 2004, me detuve a pensar en todo lo que había sucedido este año y francamente estaba preocupada pues ESTE fue lo que yo llamaría un año “amnésico”, de esos que no te quieres ni acordar. Así que me di a la tarea de prepararme “concienzudamente” para tener un año 2005 más…”decente”. Así, y con razones de sobra, salí armada de papel y lápiz en búsqueda de los mejores consejos, de esas prácticas mágicas o no, eso que no puede uno dejar pasar esa noche para que la Buena Fortuna nos sonría toooodo el año.

Empecé muy bien…pero, conforme pasaron los días, la lista se hizo interminable y decidí salomónicamente que iba a empezar por ver qué es lo que realmente necesitaba para este año…

Y enlisto.

Para pedir doce deseos, 12 uvas, sin semilla, para poder comerlas más rápido conforme dieran las campanadas de la medianoche. HEB, aquí te voy…¡Diógenes! Pero ¡qué caras están las tristes uvas!

Para atraer las buenas energías: ropa interior amarilla. Y ahí voy al Wal-mart (digo, sólo la pienso usar UNA noche y no se trata de darle al traste al presupuesto).

Para el amor: ropa interior roja... ¡Ah, esta sí, a Victoria Secret…! Digo… rojo es passion… no lo olviden. Hay ciertas cosas en las que no hay que escatimar. (Y si no me creen, pregúntenle a Andrés García cuánto pagó por su “bombita”…)

Para llamar al dinero, muchos billetes en la mano…Jejejeje…10 dolaritos de a billete de dólar y seguro da el gatazo.

Para viajar y viajar: salir a darle la vuelta a la manzana con unas maletas justo a las doce de la noche. Ok…La vamos a pasar en casa de mi prima…ella debe tener aunque sea una bolsa de mano…¿no?

Paz y Buena suerte serán atraídas al hogar colocando adornos de espigas… en el jardín tengo unas espiguitas… secas… ¿o servirán mejor unos cáctus?

Para eliminar las envidias y malas vibras: hay que barrer la entrada de la casa. Apuntado.

Armonía todo el año: Velas. ¡Ufff…! De esas sí tengo. Ok…Ya está.

Salud, amor y dinero: Tres piedras. Una por cada ‘bondad”. Todavía no sé qué debo hacer con ellas… pero, ¡ya averiguaré!

Purificar el alma: Baño de esencias… ¿En casa de mi prima? Hmmmmm…. Yo creo que la purificación puede esperar un día… ¡Ah! Dicen que tiene que ser antes del “facto”…ok… Entonces antes de la pachanguiux, pues. Con rosas para atraer el amor, con sándalo si quieres retirar las energías negativas, con romero si quieres paz… pues…¡a mezclar se ha dicho!

Hasta este momento tenía todo lo necesario, según yo, para empezar un año… esperanzadamente positivo.

Y como no hay fecha que no se cumpla, ni plazo que no se agote… El 31 de diciembre llegó.

Sí, lo adivinaron, todo empezó con un regaderazo rápido pues ya se me había hecho tarde…el agua de esencias tuvo que quedarse ahí reposando pues a mí ya no me daba tiempo más que de preparar a Gabrielito y salir corriendo con las viandas… Ah, pero la ropa interior… decisión importante, qué color usar primero… ¡la roja! Que la passion va “first” o sea primero… y, encimita, el amarillo mata-pasiones.

Una cena deliciosa, música, conversación, muchas sonrisas, mucha buena voluntad y buenos deseos; pocos en vivo, muchos distantes, pero todos unidos por el amor y la amistad… verdaderamente una velada tranquila y “armoniosa”.

Y, como dice la canción, nos dieron las doce…

Unos segundos antes, saqué mi listita, sigilosamente por aquello de las miradas inquisidoras, y esperé pacientemente. Al desesperado sonar de las campanadas de la medianoche, entre abrazos de júbilo, empecé a tragarme “literalmente” las uvas o no me las terminaba... por equivocación mordí una de las rocas que eran para recibir las bondades y sólo oí el crac del nuevo diente postizo… uuuups…una bondad menos, espero que no sea la de la salud. A maletas no llegamos y mucho menos a bolsa de mano, entonces salí con unas bolsas del HEB … al menos muchos viajes al supermercado sí que haré. Y aproveché para barrer la escalinata… con las suelas de los zapatos… en efecto: ¡un verdadero DESASTRE!

En fin, tras hacer una recapitulación sobre los acontecimientos he llegado a la conclusión de que, para el año entrante, me olvido de uvas, rocas y fórmulas mágicas y mejor me inscribo a… ¡un buen curso de Feng Shui!